Los primeros indicios de presencia humana en Las Parras de
Martín datan aproximadamente del siglo VIII a.C. ya que se ha encontrado un
hacha de piedra tallada con filo pulido propia de aquella época.
El primer asentamiento conocido podría situarse hacia el
siglo V a.C. en el “Cabezo el Castellar”. Se trata de un poblado ibérico
todavía no estudiado por los arqueólogos.
No hay indicios de presencia romana.
La necrópolis rupestre de las Artizuelas indica la presencia
visigoda entre los siglos VI y principios del VIII en este lugar.
De la presencia árabe tenemos varios indicios: por una parte
tenemos varias leyendas llegadas hasta nuestros días con los ‘moros’ como
protagonistas, y por otra tenemos algunos restos arqueológicos y topónimos de
origen árabe que podrían atribuirse a su presencia en este pueblo, aunque
dichos indicios están aún sin confirmar.
La reconquista definitiva de Las Parras de Martín habría que
situarla en torno a 1154 tras un periodo de conquistas, reconquistas y pactos
entre cristianos y musulmanes.
El primer documento escrito conocido en el que figura Las
Parras de Martín como asentamiento humano data de 1280, y en él se indica su
pertenencia al Arciprestazgo de Belchite (RIUS, Rations, p. 105; Obispado de
Zaragoza). Asimismo, el Libro de Actos Comunes de 1346-1385 (Archivo Diocesano
del Arzobispado de Zaragoza) cita en su folio 68 vuelto, perteneciente al año
1349, el nombramiento como Vicario de Las Parras a Domingo Muniesa.
Por otros documentos escritos sabemos que fue Aldea hasta
1711 y Lugar en 1785. Se llamó “Las Parras” hasta 1834, año en que se
constituyó como Ayuntamiento; y “Las Parras de Martín” desde 1857.
Como Aldea, perteneció a la Comunidad de aldeas de Teruel integrada en la sesma
del Río Martín. Fue Sobrecullida de Montalbán en 1488-1495; Vereda de Montalbán
en 1646, y Corregimiento de Teruel en 1711-1833.
La propiedad de la tierra fue siempre de realengo, al
pertenecer a la Comunidad.
El primer censo del que existe documentación data de 1877.
En dicho año la población de Las Parras de Martín ascendía a 242 habitantes. Desde
entonces hasta 1950 la población se mantiene en torno a los 230 habitantes,
salvo en los años de la guerra civil. A partir de 1950 comienza el declive tras
el cierre de sus minas y la fuerte emigración de la España rural hacia la
España urbana de los años 60 y 70, que en el caso de Las Parras de Martín lleva
a la anexión del municipio al de Utrillas en el año 1968, pasando a depender
administrativamente del ayuntamiento de dicha localidad.
La presencia de minas de carbón en Las Parras de Martín está
constatada en diversa documentación como el Boletín Oficial del Ministerio de
Fomento de 1865, y diversos documentos del Archivo Provincial de Teruel. Las
últimas minas activas en Las Parras fueron la mina de ‘San Roque’, que apenas
estuvo activa tres años, la mina ‘Josefa’ y la mina de ‘Las Canaletas’. La
importancia de las minas en la comarca fue considerable tanto en la extracción
del material como para su transporte. En las minas apenas trabajaban los
habitantes de Las Parras, ya que la riqueza de frutales y hortalizas les
garantizaba la subsistencia. Tan sólo trabajaban durante algunos de los días
ociosos en que no tenían labores de campo. En contraposición, los trabajadores
de las minas eran habitantes de los pueblos aledaños con menor riqueza agrícola
y ganadera. Algunos de ellos se hospedaban en Las Parras generando riqueza en
esta localidad.
Antonio Ponz, en su libro ‘Viajes de España’ (Castellón, 1725-
Madrid,1792) documenta la presencia de una mina de azabache en el camino hacia
el vecino pueblo de Valdeconejos.
Las Parras de Martín, al menos durante la primera mitad del
siglo XX, presumía de disponer de los principales servicios. Por ello su
habitantes apenas necesitaban salir del pueblo, mientras que a él se dirigían
de los pueblos de alrededor en busca de alguno de los servicios de los que
carecían en su localidad. Las Parras abastecía a los pueblos aledaños
principalmente de frutas y hortalizas, muy apreciadas debido a la riqueza de
las huertas de su valle regadas por los
ríos Torrijo, Sargal y Parras. Madoz (1845-1850) en su página 131 documenta la
presencia de ‘3 batanes de paños ordinarios y 2 molinos harineros, entre otras
cosas’. Uno de los servicios menos habituales era el de la tintorería, que daba
servicio a casi la mitad de los municipios de la actual provincia de Teruel.
En la actualidad la influencia de Las Parras de Martín viene
determinada principalmente por 5 factores: la explotación de su cantera de
arena, las líneas eléctricas que lo atraviesan desde distintos parques eólicos;
entre las que destaca la línea de alta tensión Fuendetodos – Mezquita de
Jarque, alguno de los aerogeneradores de los dos parques eólicos ubicados en su
término (‘La Torrecilla’ y ‘Valdeconejos’), el turismo paisajístico y de caza,
y el trasvase de agua a Utrillas. La importancia de éste último factor es
vital, ya que ha garantizado el abastecimiento de agua a la empresa Casting Ros
(hoy absorbida por DRAXTON) que es el motor industrial de la comarca Cuencas
Mineras. Tras la construcción del pantano de Las Parras, el abastecimiento de
agua de esta empresa se realizó desde dicho pantano durante un breve periodo,
pero dada la baja calidad del agua debido a la presencia de limos, se optó por
continuar abasteciéndose de este trasvase. Actualmente dicho trasvase abastece
tanto a DRAXTON, como al agua de boca, piscina y agua de riego de parques y
jardines de Utrillas.
En cuanto a la riqueza paisajística cabe destacar el notable
aumento del turismo en los últimos años debido principalmente a los parajes de
‘El Chorredero’ y el ‘Pozo de las palomas’. Su valor se vio refrendado el
pasado 14 de noviembre de 2015 con la inauguración oficial del GR-262, por
parte del Consejero de Vertebración del Territorio, Movilidad y Vivienda José
Luis Soro. Dicho sendero de gran recorrido tiene su origen, el kilómetro 0, en
la Era de las Brujas; situada en la parte superior de ‘El Chorredero’. Es un
valor a tener en cuenta de cara al futuro y de gran importancia para el turismo
tanto de Las Parras de Martín como de la comarca que ya es explotado por
algunas empresas turísticas como Geoventur, ubicada en Utrillas.
En cuanto al turismo de caza no se dispone de datos fiables,
ya que la riqueza cinegética de esta localidad es explotada por el coto de caza
de Utrillas, entidad a la que no se ha consultado datos hasta la fecha. Tan
sólo señalar la principal importancia de la cabra montés en sus escarpadas
montañas.
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