sábado, 20 de octubre de 2012

Origen de Las Parras de Martín

Los datos que aparecen a continuación están extraidos en su mayoría del artículo del mismo nombre que se publicó en el periódico El Pairon. Aquí se amplian y se puntualiza algún dato de los allí aportados:

Los primeros indicios de presencia humana en Las Parras de Martín datan aproximadamente del siglo VIII a.C. ya que se ha encontrado un hacha de piedra tallada con filo pulido propia de aquella época.
El primer asentamiento conocido podría situarse hacia el siglo V a.C. en el “Cabezo el Castellar”. Se trata de un poblado ibérico todavía no estudiado por los arqueólogos.
La necrópolis rupestre de las Artizuelas indica la presencia visigoda entre los siglos VI y principios del VIII en este lugar.
De la presencia árabe tenemos varios indicios: por una parte tenemos testimonios llegados hasta nuestros días de la existencia de un molino árabe. Al parecer, el molino se ubicó en un corral que hay en la subida del Chorredero a la Era de las Brujas. Quedan restos labrados en la roca tosca del camino que supuestamente usaban para subir; ya que la actual subida se abrió hacia 1900 según nos cuentan nuestros mayores. Según esta tradición oral, el agua no seguía su curso actual, sino que caía a este molino por el agujero abierto en el techo del corral hasta la mencionada Era de las Brujas. Aparte existe otro agujero más al fondo del corral taponado con piedras y barro arcilloso, que podría haber actuado supuestamente como sobradero de una balsa situada en la Era de las Brujas.
Chimenea en el techo del corral que pudo ser el salto de agua de un molino.

Interior de agujero taponado con piedras y tierra arcillosa que pudo ser el sobradero del molino.
Por otra parte también ha llegado hasta nuestros días por tradición oral la presencia de una acequia con origen en las Artizuelas que pasando sobre le Pozo de las Palomas de uno al otro lado del río para dirigirse luego por el denominado “Balcón” hacia los campos de la Hoya de los Molinos. Podría haberse usado para riego o para abastecer algún molino. El propio nombre de Hoya de los Molinos y la presencia en el lugar de piedras de molinos avalan esta hipótesis. Achacamos el origen de esta acequia a los árabes por el topónimo de Artizuelas, ya que este nombre en árabe significa “huertos pequeños” y por el gran desarrollo en materia de riegos que los árabes dieron a nuestro país.
También queremos señalar que la tradición oral ha llevado hasta nuestros días la existencia de un castillo árabe en la cima del cabezo "El Castellar”. Dicha tradición oral  indica que entre el castillo de Segura de Baños y el castillo de Cervera se comunicaban mediante luces y mediante espejos, a través del de Las Parras. Si bien el nombre del "cabezo" hace presagiar la veracidad de la tradición, ésta no puede constatarse, ya que los restos íberos existentes pudieron llevar a equívoco al darle nombre. De todos modos, quizá pudo existir alguna pequeña fortificación de enlace entre ambos castillos, o simplemente, un punto de enlace en las comunicaciones.
Según indica el prestigioso historiador Antonio Gargallo Moya en su obra póstuma "El Concejo de Teruel en la Edad Media" editada por el I.E.T. y el Ayuntamiento de Escucha; la población de la actual provincia de Teruel durante la dominación musulmana era bereber, por lo que apenas existían núcleos de población. Los pocos que existían constituían posiciones en el camino Córdoba - Zaragoza, que pasaba por Cuenca, Villel, Teruel, Cella, y Calamocha.
Supuestamente esta ruta pasaba por el Valle del Jiloca. Por razones desconocidas, esta ruta fue desviada a finales del siglo X desde Teruel pasando por Alfambra, Portalrubio y Cutanda para llegar igualmente a Calamocha. Esta ruta fue el camino habitual durante el siglo XI. Los restos comentados y la tradición oral anteriormente aludida, indican que en nuestro pueblo hubo asentamientos humanos durante dicha época; incluso podemos suponer que aquí hubo un núcleo de población perteneciente a dicha ruta, pues su abundancia de agua y su vega serían de gran importancia.
En 1120 Alfonso I venció a los Almorávides en Cutanda, en 1122 ya disponía de Albarracín, y entre 1124 y 1127 incorpora el territorio entre Monreal y Cella. En esta fecha seguramente Las Parras de Martín ya había sido reconquistada. Tras la inesperada muerte de Alfonso I el Batallador el 1134 en la Batalla de Fraga, el territorio más allá de Cutanda y Belchite pasa de nuevo a poder musulmán.
La posterior reconquista fue lenta debido a las sucesivas treguas pactadas entre cristianos y musulmanes.
Los progresos más importantes se llevaron a cabo por la parte central de la provincia a partir de Belchite. En mayo de 1154 Ramón Berenguer IV está presente en la cabecera alta del río Martín. En dicho año, Huesa del Común ya está reconquistada. En 1163 ya se había reconquistado Aliaga y la Val de Jarque. Así pues, la reconquista definitiva de Las Parras de Martín habría que situarla en torno al año 1154.
En 1210, Pedro II dona Montalban y sus territorios, entre los que se incluye Las Parras, a la Orden de Santiago.
El primer documento escrito conocido en el que figura Las Parras de Martín como asentamiento humano data de 1280, y en él se indica su pertenencia al Arciprestazgo de Belchite (RIUS, Rationes, p. 105; Obispado de Zaragoza). Asimismo, el Libro de Actos Comunes de 1346-1385 (Archivo Diocesano del Arzobispado de Zaragoza) cita en su folio 68 vuelto, perteneciente al año 1349, el nombramiento como Vicario de Las Parras a Domingo Muniesa.
Por otros documentos escritos sabemos que fue Aldea hasta 1711 y Lugar en 1785. Se llamó “Las Parras” hasta 1834, año en que se constituyó como Ayuntamiento; y “Las Parras de Martín”  desde 1857. Como Aldea, perteneció a la Comunidad de aldeas de Teruel integrada en la sesma del Río Martín. Fue Sobrecullida de Montalbán en 1488-1495; Vereda de Montalbán en 1646, y Corregimiento de Teruel en 1711-1833.
La propiedad de la tierra fue siempre de realengo, al pertenecer a la Comunidad.

La Era de las Brujas

La Era de las Brujas es una pequeña planicie situada en la parte superior de El Chorredero. Según tradición oral se trata de un lugar donde se reunían las brujas para sus celebraciones. Para acceder a ella actualmente se sube por un camino abierto a principios del siglo XX. Anteriormente se subía por otro lugar del que apenas quedan restos hoy en día.
Vista superior de la Era de las Brujas. En amarillo el actual camino de subida a través de la abertura hecha a principios del siglo XX. En rojo la anterior subida. El rectángulo azul indica el lugar donde está la cruz labrada en roca y la parte superior de la chimenea del corral de ganado.
En la parte superior del actual acceso encontramos un crucifijo grabado en la roca junto a la parte superior de la chimenea de un corral de ganado al que aludimos en una entrada anterior.
En primer plano la cruz labrada en la roca. Al fondo, rocas taponando la parte superior de la chimenea del corral de ganado para evitar accidentes.
En la Era de las Brujas hay restos labrados en la roca que indican la presencia de algún tipo de asentamiento humano, probablemente árabe.
Indicios labrados en la roca tosca de presencia de algún tipo de asentamiento humano.
Por otra parte, en la plaza del pueblo donde está el pairón, también hay tres cruces labradas en tosca. La tradición oral nos dice que en el pairón se quemaba antiguamente a las brujas.

La flecha de la imagen superior indica el lugar donde están grabadas las tres cruces que aparecen en la imagen inferior.


viernes, 19 de octubre de 2012

Expolio en Las Parras de Martín.


El principal expolio de nuestros bienes culturales se ha producido en el poblado ibérico del cabezo “El Castellar”.  Son numerosos los indicios de excavaciones furtivas en el lugar y los rumores de objetos allí encontrados (dientes de felino usados como agujas de coser, restos de mineral de cobre, …). Incluso se han llegado a publicar los hallazgos (ver el artículo publicado en la página 10 del periódico El Pairon nº 4 de 1995).
En la Hoya de los Molinos había una piedra de molino que afortunadamente pude fotografiar y grabar en vídeo hacia 2003. Poco después apareció en un cartel publicitario de turismo sobre las Cuencas Mineras. Al año siguiente de la campaña publicitaria, le piedra desapareció. Esto refuerza mi convencimiento de que la mejor forma de preservar nuestros bienes es no darles publicidad.
Piedra de molino desaparecida (expoliada) de la Hoya de los Molinos

Cuando el Ayuntamiento de Las Parras se anexionó al de Utrillas en 1968, quedó abandonada numerosa documentación en nuestra antigua Casa Lugar y nuestra antigua escuela. Concretamente en el antiguo calabozo había desparramados por el suelo numerosos papeles formando un alfombrado de un palmo de altura que se extendía por toda su pequeña superficie. Incluso las ratas habían construido galerías entre los papeles. Poco antes de iniciarse la restauración recogí todos los que pude seleccionando los que a priori parecían más importantes y los deposité en un arcón que había en la antigua Andana (la parte superior de la antigua escuela de chicas). Cuando se inició la restauración, coloqué los documentos en cajas de cartón y las llevé a casa de mis padres para salvarlas de la destrucción. No estaban todas las que había recogido, por lo que alguna fue a parar a otras casas. Tengo la intención de escanear los documentos para digitalizar su contenido y evitar su pérdida, pero todavía no lo he hecho. Lo ideal sería tener algún archivo en las escuelas donde todos podamos consultarlos y custodiarlos. Hasta entonces prefiero custodiarlos yo para evitar su posible pérdida. Ni que decir tiene que la mayoría de los documentos no pude recogerlos, por lo que fueron arrojados con los escombros de las obras de restauración y se perdieron para siempre ante la desidia del Ayuntamiento de Utrillas hacia nuestro patrimonio .
En nuestra Iglesia Parroquial han trabajado desinteresadamente muchos de nuestros antepasados, algunos poniendo en riesgo su vida. Recuerdo las numerosas reparaciones que hacía Arsenio Sanz de las tablas del maltrecho suelo entarimado. Incluso yo en mi adolescencia, junto a otras personas, subimos al tejado para recoger las tejas sanas antes de que fuera destruido por la dinamita. Por eso consideramos como nuestro todo lo que en ella había; aunque su propietario real es el Obispado de Teruel y Albarracín. Sabemos que de nuestra iglesia se llevaron ladrillos para reconstruir la monumental Iglesia Parroquial de Montalbán; y que los grandes portalones de entrada que sólo se abrían cuando salían las procesiones, están en la Iglesia Parroquial de Orihuela del Tremedal. Los candelabros dorados y demás objetos de valor seguramente estarán en el Museo Diocesano. Ignoramos lo que pudo ocurrir durante la última restauración de la Iglesia en el año 2004, pues se ignora el control que pudo haber sobre los posibles bienes que pudieran aparecer. La reciente noticia de las tablas góticas de valor incalculable localizadas en Bronchales, que estuvieron a punto de ser arrojadas a un vertedero no nos hace presagiar nada bueno. El secretismo con que se llevó a cabo la restauración ha hecho aflorar rumores acerca del destino de los posibles objetos que hayan podido aparecer. También  pude grabar un vídeo durante la restauración en el que podemos intuir lo que pudo haber ocurrido, aunque en ningún caso podemos hablar de expolio.
A continuación os dejo un enlace a los dos vídeos mencionados:

jueves, 18 de octubre de 2012

La acequia de la Tejería


Un dato no muy conocido es que en el Chorredero hay restos de una acequia que abasteció el campo de la Tejería. Dicha acequia ha dado lugar a muchas conjeturas sobre su origen que aquí vamos a desvelar:  La acequia fue construida en torno a 1950 por Jorge Chulilla Roche (mi padre) y Amable Chulilla Roche (mi tío) por indicación del padre de ambos: Juan Antonio Chulilla Galindo. A ambos los conocéis y podéis preguntarles datos más detallados. Tras su finalización estuvo en funcionamiento durante dos años hasta que una fuerte riada destruyó la azud desde la que se abastecía situada entre los chorros tercero y cuarto (último) del Chorredero. Jamás volvió a reconstruirse y hoy se utiliza como acceso desde el chorro inferior (último) hacia los superiores.
Campo de la Tejería. Al fondo, el Chorredero.

Restos de la acequia.

Restos de la acequia que hoy sirven de acceso a los chorros superiores.

lunes, 1 de octubre de 2012

¿Por qué se llama pantano de Las Parras si está en El Pajazo?

El pantano de Las Parras inicialmente estaba proyectado construirlo en el Hocino de El Pajazo inundando la zona comprendida entre éste y el Pozo de las Palomas (en el término de Las Parras). Afortunadamente para la conservación de este privilegiado paisaje, los sondeos realizados sobre el terreno delataron filtraciones en el mismo que desaconsejaban su construcción. A raíz de ello se proyectó la construcción del pantano aguas abajo (en El Pajazo), pero manteniendo el nombre original. En todo caso, el pantano sigue estando en el cauce del río Las Parras. De ahí que se denomine pantano de Las Parras aunque ni el mismo, ni su zona inundable ocupen ninguna parte del término de Las Parras.