martes, 25 de agosto de 2020

La posguerra en Las Parras de Martín (II).

 Al inicio de la posguerra, una parte de la producción agrícola y ganadera obtenida por las familias debía ser entregada a las autoridades para propiciar el racionamiento a la población. Hubo quien ocultó parte de la producción, por ejemplo en oquedades de dobles paredes o en hoyos escavados bajo el suelo plagado de estiércol de corrales de ganado, arriesgándose a ser descubierto por las concienzudas inspecciones de las autoridades. De haber sido descubiertos, las consecuencias para la familia habrían sido nefastas en tiempos de represión.

La venta de chatarra fue una importante fuente de ingresos para la economía familiar de la posguerra. La guerra civil dejó abundante material bélico en nuestro pueblo concentrándose principalmente en tres lugares:

1.       Hoya de los molinos: Es el lugar donde más chatarra se obtenía, principalmente en la ladera entre el cabezo El Castellar y el camino que baja hacia la Hoya de los Molinos. Allí había grandes cráteres producidos por los obuses de 15 ½ (en el pueblo llamados proyectiles). La chatarra se encontraba en torno al metro de profundidad y en alguno de los cráteres se llegaron a obtener cerca de 40 Kg de metal.

2.       Loma de Son del Puerto. También allí quedaron cráteres producidos por bombas de menor tamaño aún visibles hoy en día.

3.       Trincheras de la Solana. Aunque también se encontraban trincheras por la Cruz de la Cerrada, la muela y otros lugares, en el Cerro (parte superior de la Solana) es donde más trincheras había. Entre las rocas de sus paredes se encontraban ocultas principalmente granadas de mano, aquí llamadas bombas de piña.

Las técnicas para desactivar las bombas y granadas eran de lo más variado y en ningún caso exentas de riesgo: Las granadas podían lanzarse a un lugar tras asegurarse de que no había nadie alrededor que pudiese resultar herido. Hay que tener en cuenta que muchas de ellas no explotaban, aunque seguían estando activas. Las bombas (y las granadas) se podían intentar desactivar desmontándolas cuidadosamente, lo cual resultaba excesivamente arriesgado y en una ocasión provocó la muerte de dos niños. En otras ocasiones se preparaba un fuego con aliagas en un lugar resguardado asegurándose de que no hubiese nadie en un radio muy amplio y se colocaba la bomba encima. Se prendía fuego al atardecer, cuando todos habían regresado de sus labores a casa, calculando que el fuego tardase un tiempo en alcanzar la bomba para poder alejarse lo suficiente. Al día siguiente a la explosión se podrían recoger los restos diseminados de la bomba.

La imaginación daba para más técnicas, pero estas son las que a mí me han transmitido.

Recuerdo que en mi niñez todavía se encontraban muchas balas de las que extraíamos el balín y con la pólvora del interior hacíamos dibujos en alguna roca o escribíamos algún texto y le prendíamos fuego con un mixto (una cerilla) para que el dibujo quedase grabado en la piedra. El pistón seguía estando activo.

viernes, 21 de agosto de 2020

Instrucciones de navegación para el principal vehículo de transporte tradicional en Las Parras.

 Como hoy estoy de buen humor, permitidme una entrada con toque humorístico.

El principal vehículo de transporte tradicional en Las Parras era el macho (animal de carga), vehículo que en mi niñez dominaba con soltura. Las instrucciones que a continuación se detallan son aplicables igualmente para otros vehículos como los burros. Estas instrucciones son aplicables a las tres posiciones en que el operario puede encontrarse respecto al animal: A lomos, delante o detrás del mismo.

Las instrucciones básicas de navegación para el dominio de dicho vehículo se limitan a cuatro. Estas cuatro instrucciones pueden darse tanto mediante comandos de voz como mediante comandos gestuales. Las denominaremos por el comando de voz:

1.       ‘Arre’. Comando de voz con tono autoritario con el que se da al animal la instrucción de iniciar la marcha. El comando gestual consiste en agitar con intensidad hacia arriba y hacia abajo el extremo del ranzal sujetado con las manos. Ello provoca un movimiento ondulatorio en el ranzal que se transmite hasta el otro extremo situado en el hocico del animal, que percibe dicho movimiento. Cuando el usuario se encuentra a lomos del animal, este comando gestual puede acompañarse de un golpe seco en las costillas del mismo realizado simultáneamente con los talones de ambos pies. Habitualmente los tres comandos se ejecutan a la vez.

2.       ‘So’. Comando de voz prolongado (‘sooooo’) para indicar al animal que detenga la marcha. El comando gestual consiste en tirar del ranzal hacia atrás.

3.       ‘Guesque. Comando de voz para indicar al animal que gire hacia la derecha. El comando gestual consiste en tirar del ranzal hacia el lado derecho del animal.

4.       ‘Pasallá’. Comando de voz para indicar al animal que gire hacia la izquierda. El comando gestual consiste en tirar del ranzal hacia el lado izquierdo del animal.

Las generaciones más jóvenes están acostumbradas a usar otros instrumentos de navegación para el transporte. En concreto usan numerosas aplicaciones con comandos más complejos, como Waze, Tom Tom Go, Endomondo, Strada, OruxMaps,… Incluso generan vistosos vídeos de los recorridos realizados con aplicaciones como Relive. Quizá ello les haga pensar erróneamente que la navegación es algo muy reciente asociándola exclusivamente a sistemas de geolocalización por GPS. Sirva esta humilde entrada de blog para sacarles de su error y permitirles descubrir que la navegación, tanto por tierra como por mar, es mucho más antigua de lo que creían.