miércoles, 2 de julio de 2014

Insisto: No se llama Cueva de las Brujas




El pasado sábado 28 de junio visité de nuevo El Chorredero. Antes de llegar me encontré con este cartel recién colocado:

Cartel a la entrada hacia El Chorredero
Inmediatamente busqué la información sobre el corral que vienen denominando erróneamente ‘Cueva de las Brujas’ para ver si habían enmendado el error. Inmediatamente comprobé resignado que no era así. En un análisis más detenido observé dos fotos que me resultaban familiares. Me sorprendió e indignó ver que mi nombre aparecía en el pie de ambas fotos. Nadie me había informado.
Cualquiera que vea ese cartel asocia mi nombre (único que aparece en el mismo) a la errónea denominación del corral. Ya he trasladado la queja pertinente a la editorial autora del cartel agradeciendo, eso sí, que al menos hayan leído mi(nuestro) blog del que se han obtenido ambas fotos. En todo caso quiero dejar claro con un fuerte grito a los cuatro vientos que ¡¡¡NO EXISTE LA CUEVA DE LAS BRUJAS!!! en el Chorredero. Espero que a partir de ahora quede claro.

viernes, 25 de abril de 2014

La Guerra Civil en Las Parras de Martín.

Inicialmente Las Parras de Martín estuvo enclavada en el territorio dominado por el Ejército Gubernamental (los Rojos); por lo que la mayoría de los movilizados a filas en el pueblo lo hicieron en el Bando Republicano. Al principio se requisaron todas las armas de fuego para usarlas en la contienda. Un vecino del pueblo entregó sus armas, pero tenía en especial estima una pistola que quiso esconder en la chimenea de su casa. Tiempo después la pistola fue descubierta y el vecino apresado. Encomendaron (obligaron) a mi abuelo Juan Antonio la desagradable tarea de acompañarlo y vigilarlo hasta el cementerio de Vivel del Río. En la puerta del cementerio mi abuelo entregó el preso a las autoridades allí presentes y se despidió de él. En la despedida, el vecino hizo entrega a mi abuelo de su tapabocas (prenda de abrigo de uso común en aquella época) y le dijo: “Toma Juan Antonio. A mí ya no me hará más falta”. Dicho esto mi abuelo emprendió el viaje de regreso a casa y poco después oyó los disparos que acabaron con la vida del desdichado vecino. Por suerte fue la única ejecución de un vecino de Las Parras durante la guerra.
Hacia febrero de 1938 la ofensiva Nacional llegó desde Cervera y Portalrubio a Las Parras por el oeste tras la denominada Batalla de Alfambra. La población civil fue evacuada hacia Utrillas, Escucha y, finalmente, Palomar de Arroyos. Una vez conquistado el territorio por los Nacionales la población civil regresó al pueblo.
Mapa del entorno donde se desarrolló la Batalla de Teruel. Se indican las situaciones inicial y final, así como la correspondiente al día 20 de diciembre de 1937, cuando la ciudad queda cercada por las tropas republicanas y comienza la batalla por la toma de la capital.


A continuación os dejo un documento sonoro con deficiente calidad que grabé en 1991 donde mi abuela Visita relata cómo vivió la guerra y su evacuación a Palomar:

Grabación de mi abuela Visitación Roche

De la feroz batalla librada en nuestro pueblo quedan innumerables restos. Hay restos de trincheras por todo el pueblo, pero se hacen más evidentes en el Cerro (parte superior de la Solana), como puede apreciarse en los mapas y fotos adjuntos. Aún pueden apreciarse cráteres abiertos por las bombas de la aviación el la Loma de Son del Puerto; aunque semiocultos por la vegetación. En la Hoya de los Molinos cayeron gran cantidad de obuses del calibre 15,5 que se incrustaban en la tierra. En la posguerra se extraía de cada cráter abierto por éstos unos 40 Kg. de metralla apreciada por los chatarreros, lo que constituía un valioso medio de supervivencia para la población.
Localización de numerosos puntos donde pueden verse restos de trincheras en el Cerro de Las Parras. Mapa obtenido de Google Earth. A continuación fotos de varios de estos puntos:








Nuestra Iglesia Parroquial sirvió de refugio para la población civil evacuada de otros pueblos y para el Ejército Republicano. De ella se quemaron numerosas reliquias religiosas; entre ellas el Altar. También se encendió fuego en su interior para calentarse en ese frío invierno deteriorando así sus pinturas.
Una vez acabada la guerra, los Maquis pasaron ocasionalmente por el pueblo refugiándose durante algún día en la Cueva de las Carboneras, Recientemente encontré allí un casquillo de bala procedente de esta época que, tras fotografiarlo, dejé en el lugar que estaba.
Entrada al corral (cueva) de la Carbonera.

Casquillo de bala encontrado sobre la placa espeleológica de la cueva.

De la búsqueda de metralla y manipulación de artefactos en la posguerra hemos de lamentar algunos accidentes. El más grave de ellos causó la muerte a dos niños: Tres niños manipulaban una bomba para desactivarla y aprovechar su metal en la venta de chatarra. El menor de ellos oyó un silvido extraño y, asustado, corrió a refugiarse tras unas rocas mientras los dos mayores se burlaban de su cobardía. Nada más llegar Joaquín Marco a su refugio, la bomba explotó esparciendo los cuerpos de los desdichados valientes en mil pedazos.
Por otra parte, Ángel Aguilar perdió una mano al explotarle una granada mientras la manipulaba.
Finalizaré con una curiosa anécdota familiar. Mi padre nació el 8 de octubre de 1936 una vez iniciada la guerra y fue bautizado en dos ocasiones. Tras finalizar la guerra los documentos de su primer bautismo habían sido destruidos, por lo que fue andando (ya contaba tres años de edad) a su segundo bautismo. Su padre (mi abuelo) fue movilizado a filas con el Ejército Republicano y apenas estuvo en el pueblo durante la guerra. A su regreso de la guerra, mi padre dijo a mi abuela que no quería dormir con ese hombre extraño en casa, refiriéndose a su propio padre.


martes, 28 de enero de 2014

Las minas de Las Parras de Martín.

Tenemos constancia escrita de la existencia de minas en Las Parras en el Boletín Oficial del Ministerio de Fomento Tomo VIII de 1865. En él aparece la existencia de 4 minas:


En tiempos más recientes nuestros mayores recuerdan la existencia de tres minas:

  1.       Mina “San Roque” (más conocida como “mina del Collao”): estaba situada en el barranco “Juncar”; en torno a la parte superior de la actual subida de las zudes a la carretera a Utrillas. Tan sólo se explotó durante 2 ó 3 años.
  2.        Mina “Mª Josefa” ( más conocida como “mina del Sabinar”): Situada en el paraje denominado como “El Sabinar”. De ella quedan abundantes restos y escombreras.
  3.     Mina ¿? (más conocida como “mina de Las Canaletas”): Situada en el paraje denominado “Las Canaletas”. También quedan restos de su escombrera e incluso de alguno de los raíles que se utilizaban para transportar el carbón en vagonetas. Hasta ella iba un camino desde el pueblo que atravesaba el zapatero de los hermanos Burriel y el de los herederos de Genaro Marzo pasando por el puente de los zapateros (situado frente al “molino alto” y derruido tras el cierre de la mina). En esta mina los camiones se llenaban a media carga y así iban hasta subir al “collao” para salvar los diversos y pronunciados desniveles del camino. En el “collao” se redistribuía la carga en camiones completamente llenos para bajar hasta el lavadero de carbones de Utrillas.
Las dos últimas minas mencionadas  se cerraron definitivamente en torno a 1960.
En estas minas trabajó gente del pueblo, aunque lo hacían de forma esporádica como complemento a las tareas del campo. Por ello en verano apenas se trabajaba. Venían a trabajar  a diario de pueblos vecinos como Cervera, La Rambla, El Pajazo, … Incluso algunos que venían de Pitarque se hospedaban aquí en casa de mi abuela Visitación Roche por la lejanía de su pueblo.
Por entonces existía la posibilidad de hacer el servicio militar obligatorio (hoy desaparecido) trabajando en las minas, y así lo hicieron alguno de nuestros vecinos que todavía viven para contárnoslo, como mi tío Pedro Roche.
El propietario de la mina del Sabinar tenía en propiedad el actual garaje del pueblo donde almacenaba dos camiones entre otras cosas. Además almacenaba herramienta y material diverso en la actual casa de Rosa Chulilla. Siendo alcalde Genaro Marzo, se firmó un acuerdo con el propietario de la mina del Sabinar por el que en caso de cierre de la mina, el garaje pasaría a ser propiedad del pueblo. De ahí que el garaje siga siendo hoy propiedad municipal.
Antiguamente el carbón se llevaba en mulos hasta las cuevas de las carboneras. Allí se recogía en carros para llevarlo a La Rambla. Posteriormente se llevó en camiones hasta el lavadero de Utrillas.
Como reliquia de estas minas conservo un sello cuya imagen y sello podéis ver en la imagen de abajo:


En fechas no precisadas también se intentó extraer infructuosamente mineral de plata en la parte superior del camino hacia el Pozo de Las Palomas, pero la roca extraída (muy similar a la roca que contiene mineral de plata) no contenía el preciado metal.