Como indicábamos en una entrada anterior, el trinquete era un deporte muy popular en Las Parras de Martín y en los pueblos de alrededor hasta los años 70. Aunque las normas de juego eran similares en todos los pueblos, no había unas normas homologadas, por lo que podían diferir según el pueblo donde se jugase. En caso de competición se adoptaban normalmente las normas del pueblo donde se disputase la competición.
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Interior del trinquete de Las Parras de Martín. |
Los trinquetes, edificio cerrado, constan de cuatro paredes, suelo y techo. Las dimensiones aproximadas del trinquete de Las Parras son de 450 cm de ancho por 1170 de largo y 440 de alto. La pared de la derecha está abierta por dos arcos, en uno de los cuales está la portera de acceso. En la base de la pared frontal había un banco hecho de obra de unos 50 cm de alto y unos 30 cm de profundidad. El suelo era de cemento y en el había marcadas de obra dos líneas rectas paralelas de pared lateral a pared lateral: una central que dividía longitudinalmente el trinquete en dos partes aproximadamente iguales (segunda línea) y otra que dividía la mitad delantera en otras dos partes también aproximadamente iguales (primera línea). Tanto el banco de obra como las líneas del suelo desaparecieron en la última reforma.
Podemos desglosar las normas de juego en las siguientes:
1. La pelota sólo puede golpearse con la mano o sus
aledaños (muñeca o antebrazo).
2. Tras golpear la pelota con la mano, ésta debe
rebotar en la parte superior al banco de obra de la pared frontal antes de
botar en el suelo. Se considera el tanto como válido si antes de rebotar en
esta zona de la pared frontal, rebota en cualquiera de las paredes, en el techo
o en la parte superior del banco de obra.
3.
En el saque, el jugador debe botar la pelota en
el suelo una vez antes de golpearla con la mano. Antiguamente, según mi padre,
este bote podía realizarse en cualquier parte del suelo, pero en los años 70 el
bote debía realizarse desde la primera línea hacia atrás, aunque el golpeo con
la mano podía realizarse con el jugador situado en cualquier parte del suelo.
Tras el saque, la pelota puede golpear cualquier pared o techo, incluida la
parte superior del banco de obra, antes de botar en el suelo, pero el bote en
el suelo debe darse desde la segunda línea hacia atrás. En caso de fallar en el
saque, se permite un segundo intento antes de dar el punto por perdido.
4.
Para devolver la pelota, ésta debe botar en
cualquier parte del suelo como máximo una vez antes de golpearla con la mano.
Se puede golpear ‘a volea’, es decir, al vuelo antes de que bote en el suelo.
5.
Se puede jugar individualmente o por parejas. El
jugador que no debe devolver la pelota debe retirarse de la trayectoria de ésta
para facilitar el golpeo de su rival. En caso de entorpecer accidentalmente la
devolución de la pelota por parte del rival, se anula el tanto y se repite el
saque. Si se entorpece voluntariamente a propósito, pierde el tanto quien
entorpece. De igual modo, si tras devolver la pelota, ésta golpea
accidentalmente en algún jugador, el tanto se repite. Si el jugador se
interpone a propósito en la trayectoria de la pelota, pierde el tanto quien es
golpeado por la pelota.
6.
Las partidas se juegan a 21 tantos con una
diferencia mínima de dos tantos. Suma un tanto el equipo o jugador que gana el
tanto que ha efectuado el saque. Si lo gana el equipo que no ha sacado, se
considera cambio de saque y el tanto no sube al marcador.
7.
Si la pelota sale fuera del trinquete antes de
botar en el suelo, pierde el tanto el último jugador o equipo que ha golpeado
la pelota. Si el tanto es válido y bota en el suelo antes de salir fuera,
pierde el tanto el equipo o jugador que debe devolver la pelota.
Como anécdota exclusiva de nuestro trinquete, diré que
podíamos realizar un saque ‘con efecto’. Consistía en botar la pelota para que
el golpeo con la mano se realizase cercano a la parte superior del banco de
forma que la pelota rebotase primero en la pared frontal y luego en la parte
superior del banco. Al botar en el suelo, la pelota salía disparada hacia atrás
rasa al suelo dificultando al rival su devolución. Si tras golpear la pelota,
ésta rebotaba primero en la parte superior del banco y después en la pared
frontal, se conseguía el efecto de que la pelota botase en el suelo en vertical
hacia arriba e incluso ligeramente hacia adelante. No obstante, se necesitaba
mucha fuerza y precisión para que la pelota rebasase la segunda línea y tan
sólo se realizaba jugando con principiantes o con rivales de otros pueblos,
pues los jugadores experimentados devolvían la pelota sin dificultad ganando
además la iniciativa en el juego.