Cuando mi hermana Isabel se escolarizó en Educación
Preescolar, el año 1964, entró en la escuela de las chicas. Había entonces dos
escuelas con dos maestros: la de las chicas y la de los chicos. Poco podía
imaginar que antes de finalizar sus estudios de EGB viviría el cierre
definitivo de la escuela. Cuando yo fui a la escuela en 1968, éstas ya se habían
unificado en la escuela regentada por doña Teresa, la entrañable maestra del
pueblo. Mi hermano Alejandro tan sólo estuvo escolarizado en Las Parras un
curso, aunque doña Teresa, ejerciendo labores de guardería que no eran de su
competencia, lo acogió anteriormente. Solía hacerlo con todos los niños para
facilitar a los padres el desempeño de sus tareas en el campo.
Doña Teresa era una maestra muy querida en el pueblo tanto
por los padres como por los alumnos, pese a su escasa capacidad para formar
alumnos a partir de 4º de EGB debido a su limitada formación. Choca hoy en día
alguna de sus costumbres que entonces estaban bien consideradas por la sociedad;
como la de invitarnos cada 5 de diciembre, día de su cumpleaños, a todos sus
alumnos en su casa. Nos obsequiaba con galletas María y un pequeño vaso de
mistela. Nosotros lo tomábamos agradecidos y cabe destacar que ninguno hemos
sufrido secuela alguna por aquella presunta ‘alcoholización precoz’.
A finales de los 60 y principios de los años 70 se produjo
un goteo sangrante de alumnos emigrados de Las Parras: habían emigrado a
Alcañiz Urbano Marzo y Balbina Marzo con sus 5 hijos; Rafael Martín y Felisa
Marzo a Buenavista (Tarragona) con sus 4 hijos; Jesús Marzo y Pilar Gazulla a
Utrillas con sus 2 hijos; y Pedro Galindo y Presen también a Utrillas con sus 2
primeros hijos haciendo inviable la continuidad de la escuela. Así, el curso
1973/74 fue el último en que se impartieron clases en Las Parras. El curso
1974/75 mi hermana fue a cursarlo a Utrillas junto con los que finalizaban la
educación obligatoria ese curso. Mi hermano Alejandro no se escolarizó entonces,
ya que la educación Preescolar no era obligatoria. Yo debería haber inaugurado el
internado de la Escuela Hogar de Teruel en septiembre, pero el retraso en su construcción
hizo que la inauguración se realizase a mitad del curso. Fui uno de los
numerosos alumnos provenientes de los pueblos más pequeños de la geografía
turolense que inauguraron la Escuela Hogar de Teruel un martes 4 de febrero de 1975, un
día que tengo grabado a fuego en mi memoria ya que es, sin duda, el que más ha
marcado mi vida.
En la foto de arriba puede verse el edificio donde estaban
las dos escuelas antes de la reforma en la que perdió su planta superior. Se trata de un edificio de características arquitectónicas muy comunes en los ayuntamientos de los pueblos turolenses. En él se aprecian
tres alturas:
1.
Planta inferior: ocupada por el trinquete, del
que destacan sus dos arcos abiertos con un grueso muro en su parte inferior denominado
‘barandao’ que separa el trinquete de la calle exterior. Era el principal lugar
de juegos para los niños. Principalmente se jugaba allí a pelota mano y al
marro (ver el periódico ‘El Pairón’ nº 2 de 1993 en la página 7). Servía además
para acoger los bailes en las diversas fiestas celebradas en el pueblo a lo
largo del año (ver el periódico ‘El Pairón’ nº 2 de 1993 en la página 2).
2.
Planta media: ocupada por las dos escuelas. Las
dos ventanas de la izquierda con rejas pertenecen a la escuela de los chicos.
Las dos de la derecha a la escuela de las chicas. El patio de la escuela
situado en la parte posterior, era común a ambas escuelas y su distribución en
forma de ele difería ligeramente del actual descubierto en forma rectangular.
Las rejas de las ventanas de la escuela de los chicos son posteriores al cierre
de la escuela. Se colocaron cuando ésta fue utilizada para oficiar misas tras
el estado de ruina de la iglesia del pueblo; ya que albergaba elementos
religiosos de valor.
3.
Planta superior: ocupada por el ayuntamiento, el
calabozo y la ’Andana’ (un curioso habitáculo con tejado pero sin paredes en la
parte que daba al patio). El ayuntamiento (ventana de la izquierda en la foto) junto con el pequeño calabozo que
estaba a su izquierda, se ubicaba sobre la escuela de los chicos; mientras que
la ‘Andana’ (ventana de la derecha en la foto) se ubicaba sobre la escuela de las chicas.
Así pues, el curso 1973/74 la escuela de Las Parras cerró
para siempre. Dicen que el día que se cierra la escuela comienza la muerte de
un pueblo. Afortunadamente 46 años después el pueblo sigue vivo, aunque nadie
puede asegurar por cuánto tiempo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario